LO QUE NO FUE

Ucronía. ¿Y si Hernán Cortes? no hubiera hundido sus naves?

Con la espalda apoyada en la piedra sacrificial que le proyectaba el pecho hacia adelante, Hernán Cortés intentaba abrir los ojos para ver el cielo azul del mediodía, pero el intenso sol le cegaba. La posición era incómoda e insostenible. «¿Por qué no se apuraban?«.

«Es un hermoso día para morir», había pensado. En el ambiente flotaba el sonido de tambores y caracolas, música ritual que anunciaba algo de importancia. Subió sereno las escalinatas de la pirámide y la belleza de Tenochtitlán se reveló: una ciudad construida sobre un lago: con canales, calzadas, templos monumentales, casas y jardines. La cima estaba coronada por dos adoratorios y su destino yacía del lado derecho, coto del dios de la guerra. Pensó que era apropiado, raro hubiera sido que su vida terminara en el lado izquierdo, donde se adoraba a la deidad de la lluvia.

No tenía duda sobre lo que iba a suceder, la piedra de sacrificios escurría sangre que llegaba hasta las escalinatas. Ya antes había escuchado los gritos desgarradores de algunos de sus incondicionales que corrieron esa misma suerte y cuyas cabezas estarían ahora empaladas en ese lugar horrible que habían visto cuando entraron a la ciudad como prisioneros.

De cara a la muerte se lamentaba de no haber llevado a cabo la idea de hundir las naves en las que llegaron desde Cuba y así impedir el éxodo de los que no estaban de acuerdo con sus planes. Con los barcos inutilizados no habrían tenido más remedio que continuar la empresa. No por nada los españoles eran famosos por su resistencia y valentía en el campo de batalla. La victoria y el reconocimiento hubieran estado esperándolos al final. El contraste de esa idea con su futuro inmediato le llenó la boca de amargura. Tras la deserción de los inconformes, el Cacique Gordo y sus súbditos totonacas apresaron a los que quedaban para mandarlos como un regalo a Moctezuma olvidándose de su alianza previa. ¡Traidores!

Se había encomendado ya a la Virgen de los Remedios y esperaba la muerte sin aspavientos. De repente una figura oscura se cernió en su horizonte ocultando la luz del sol que tanto le lastimaba. Pudo mirar: El mismísimo Tlatoani le sacrificaría, por eso la tardanza. Como en un sueño, escuchó el griterío de la gente de la ciudad, enardecida, congregados treinta metros abajo del lugar donde se encontraba. El cuchillo de obsidiana bajó como un relámpago y se hundió en su pecho. Increíblemente no sintió dolor, pero la luz empezó a menguar. Alcanzó a ver su corazón sangrante en la mano levantada de Moctezuma. Luego sobrevino la negrura final.

Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla

Como nota personal, me queda claro que si no hubiera sido Cortés, hubiera sido otro conquistador. Las civilizaciones de América en esa época: (Mexicas, Incas, Mayas) y otras sociedades intermedias, tenían una desventaja en cuanto a tecnología de guerra. Sus armas no podían compararse a las que ya había en Europa así que no se hubieran escapado de su destino. Otro punto es que esto que escribí, es solo una de muchas posibilidades, tal vez aun sin hundir sus barcos, Hernán Cortes hubiera podido lograr todo lo que consigna la historia; ayudado por sus soldados y en alianza con algunas sociedades locales que odiaban a los mexicas y su imperio, que les imponía pesados tributos.

Si quieres saber de qué se trata la ucronía te recomiendo visitar el siguiente enlace: MICRORRETOS: ¿Y SI…? (concursoeltinterodeoro.blogspot.com)

El anterior relato no participa en el reto pero me quedó muy buen sabor de boca el participar con: LILIBETH, que se encuentra en este enlace: RETO DE ESCRITURA (HACER UNA UCRONÍA) – pildoras para soñar (wordpress.com) así que decidí intentarlo nuevamente.

Si gustas saber más sobre Tenochtitlán y la sociedad mexica:

Siéntete libre de compartir o comentar. Gracias por leer.

https://bloguers.net/literatura/lo-que-no-fue-ucronia/

23 comentarios en “LO QUE NO FUE

  1. Me ha encantado este relato. Cómo recreas la escena con esa descripción del primer párrafo tan bella, el rico vocabulario que utilizas, es tan plástico que se visualiza hasta esa negrura final.
    Un abrazo.

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  2. Una escena que pudo haber sido posible descrita con excelencia amiga, te mantiene en vilo hasta el momento final en que la obsidiana desciende veloz hasta el pecho de Cortés, una buena ucronía, imagino la historia con ese momento cambiado, pudo ser bien diferente, gran relato Ana un abrazote¡¡¡

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  3. ¡Hola, Ana! Me alegra que el reto nos haya traído una nueva ucronía en la que Hernán Cortés tuvo otro destino y de esa forma, ¿quién sabe? Como dices, si no hubiera sido él habrían sido otros y en esa época el desarrollo armamentístico era mayor en Europa. Un relato estupendo, narrado con ese punto mágico que nos lleva casi a la leyenda. Un abrazo!!

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  4. Muy bien escrito con una descripción muy conseguida. Enhorabuena. La vida está llena de ¿Y si…? a veces un pequeño cambio de rumbo, como el viento, en el camino originaría un cambio global de muchas cosas. Un abrazo Ana.

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