Uno a uno fueron cayendo. La enfermedad terminal que los aquejaba no les daba tregua por vivir contando lo finito. El campo quedó cubierto completamente de calendarios moribundos.
En medio de su agonía, uno de ellos musitaba: » ¿Porqué vivir este dolor? ¿No es un nuevo año la continuación del mismo tiempo? ¡Ay!»
Muy orondo pasaba por ahí un reloj; le miró de reojo y con lástima.
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla
pildoras para soñar 
Muy bueno Ana, somos asesinos de tiempo, lo matamos año, tras año, yo creo que por pura venganza, en el fondo sabemos, que ellos son eternos y no tenemos ninguna seguridad de serlo nosotros, por eso les cortamos el gaznate a los días cada medianoche jajajaja se me fue la cabeza, pero es culpa de tu relato, Enhorabuena y gracias por escribir como lo haces ¡¡¡ Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
gracias Mik! un abrazo!
Me gustaMe gusta
Sencillo y a la vez… ¿desgarrador? No, da que pensar ese reloj entristecido… Muy bueno, me quedo por aquí…
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Gracias por tu comentario y por pasar a leer!
Me gustaMe gusta
¡Hola, Ana! Un micro para reflexionar. La Eternidad es una medida de tiempo tan abrumadora… El ser humano siempre anda quejándose de su escasa porción de la misma, también en cuanto a pretender que algo que es un suspiro en realidad sea algo eterno. Vivir con perspectiva de que todo paso y que no hay mal que cien años dure me parece que es la enseñanza que nos deja el orondo reloj que nos presentas. Un abrazo y aprovecho para desearte una muy Feliz Navidad!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Asi es David!, gracias por pasar y leer, igualmente para tì Felìz Navidad!
Me gustaMe gusta
Un micro muy interesante y bien manejado. El tiempo y el paso del mismo, creo que es uno de los grandes temas.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias Angel!
Me gustaMe gusta
Me ha gustado mucho. Todo un tema, el paso del tiempo….
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Gracias por pasar!
Me gustaLe gusta a 1 persona