Mi propuesta para el VadeReto del mes de diciembre que en esta ocasión se trata de «Deseos». Si gustas participar, te dejo el link que te llevará al blog Acervo de Letras, que tiene cosas muy chulas para leer, además de los retos. Búscalo al final del relato.

En medio de la calidez de la noche caribeña, una luna llena y plena inundaba de luz blanquecina la habitación.
Hacía mucho que Tahnne no gozaba de un sueño reparador. Sus párpados se cerraban, pero el necesario descanso no llegaba ni a su cuerpo ni a su mente. En medio del duermevela, la despertó una tenue caricia sobre los dedos. No le dio importancia, pensó que se había tratado del roce de las sábanas y siguió intentando dormir. Otro contacto, esta vez más prolongado, la hizo abrir los ojos sobresaltada. «Alguien» acariciaba su mano y quienquiera que fuera estaba oculto entre la ropa de cama. Sintió la mordida del miedo en el corazón, mas otro roce delicado extrañamente la tranquilizó. Luego escuchó que la llamaban en una voz muy baja, casi imperceptible:
—Tahnne, Tahnne…
Todo su ser vibró al reconocer aquella voz . ¡Era Ameyú!, pero ¡eso era imposible!, él estaba a miles de kilómetros, en otro país, en otro continente.
Supuso que debía estar soñando y rogó porque ese sueño feliz no acabara. Pasaron unos segundos y el cuerpo que descansaba a su lado se movió y con ello quedó al descubierto el rostro de Ameyú, que tenía los ojos cerrados y musitaba en una especie de delirio:
—Tahnne, mi Tahnne…
La chica no podía creerlo. ¡Cuánto había deseado volver a verle! Eran testigos infinidad de estrellas fugaces que recogieron ese deseo, llevándolo a donde fuera que iban tras desaparecer en el cielo nocturno.
—¡Ameyú! Soy yo, Tahnne.
Los ojos color miel de Ameyú se abrieron, y para ella fue como ver al sol rivalizando con la luna en esa noche fuera de lo común.
Ameyú pasó su mano por el rostro de la chica, como un ciego, tanteando torpemente. Reconoció cada centímetro de aquel rostro añorado, la suave frente, la delicada nariz, la curvatura de los labios, los hoyuelos en las mejillas, que aparecían en los momentos en que Tahnne sonreía dichosa.
—Amor, ¿qué pasa?—preguntó la joven.
—No lo sé. Yo estoy en mi cama, en Londres, pero, al mismo tiempo estoy aquí, en la tuya—. Ameyú acercó sus labios a los de ella y la besó con ternura.
En respuesta Tahnne tomó las manos morenas y fuertes de Ameyú y las apretó contra sí, palpándolas, sintiéndolas, besándolas. La emoción que la embargaba hizo que se humedecieran sus ojos y una lágrima rodó por su mejilla.
—¡Tahne!, ¡suéltame, debo volver!—, dijo él angustiado al ver su reflejo en aquella lágrima diminuta.
—¡No! ¡No te dejaré ahora que estás conmigo!—. Ella sujetó con fuerza aquellas manos tan amadas.
—¡Debo volver o moriré!, debo regresar a mi cuerpo antes de que amanezca. No sé como, pero siento que es así. Se acaba el tiempo. ¡Suéltame!
Tahnne lloraba. Dejarlo ir era algo muy doloroso ahora que su cercanía le calentaba el alma. Poco a poco soltó sus manos, como una niña que se deshace con pesar de algo muy querido.
—¡Ve, apresúrate!, ¡no quiero que mueras!
Él se fue desvaneciendo de a poco, una última caricia, un beso, y luego solo quedó su olor, su tibieza y el hueco dejado en el lecho de Tahnne, quien apretaba el rostro húmedo contra la almohada ahogando los sollozos. De repente el llanto cesó cuando la inundó la certeza de que Ameyú regresaría a la noche siguiente.
Habían por fin encontrado un modo de vivir su amor en la distancia. Su deseo se había cumplido.
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla
Hermosa y plena de ternura; tu micro. Felicidades, Ana. Un cálido saludo.
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Muchas gracias!
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Ni Whatsapp, ni redes sociales, ni nada; yo quiero tener sueños así.
Muy buena tu aportación. Ana, transmites muchos sentimientos en este cuento, soledad, deseo, miedo… esperanza
Un abrazo.
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Muchas gracias Ángel. Es cierto que hoy en día tenemos muchas cosas para acercarnos al ser amado pero siempre faltará el toque de piel a piel. Habrá que ver cómo nos va con el metaverso.
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¡¡Qué feliz es el Acervo con la dulzura de tus letras!!
No hay mayor deseo que el Amor, sea del tipo que sea, y tú tienes la sensibilidad, el talento y el arte para describirlo de esta forma tan hermosa.
Felicidades, Ana.
Ojalá se cumplan también todos tus Deseos.
Un abrazo.
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Muchas gracias! Abrazo doble para tí! E igual que tus deseos se cumplan.😘
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¡Qué bonito! ¡Qué ternura! El amor lo puede todo y tu relato lo cuenta de forma muy tierna. Ha sido un placer leerte. Un abrazo.
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Muchas gracias!❤️
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Amor intenso y puro, difícil no disfrutarlo con una sonrisa de oreja a oreja.
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Gracias!👍
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Me encantó, un deseo cumplido y tan hermoso, a pesar de la distancia existen amores que luchan por estar juntos. Un abrazo.
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Hola, si. Y en estos tiempos ya hay muchas cosas que ayudan a estar en contacto. Pero siempre faltará un poco de piel. Saludos.
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La necesidad del reencuentro y la intensa emoción, alzan un puente de sueños entre dos almas. Es un relato muy hermoso y original Ana. Un saludo.
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Gracias Carlos!
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Precioso relato, Ana. El amor y la distancia. Maravilla ese sueño transportador. Ojalá fuese así de sencillo. Y es que el contacto físico es único e inigualable a nada. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
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Muchas gracias por leerlo, saludos!
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Hermoso relato, deja un sabor bien dulce, ese puente tendido entre las dos almas que se unen en la distancia, un viaje astral para encontrarla. Un abrazo grande Ana y gracias
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Gracias Themis! Un abrazo!
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Dulzura y ternura junto al misterio de salirse del cuerpo. En resumen, amor lindo.
Con esto, en diciembre ya no hará frío.
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Jajaja así es Maty! Saludos!
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Que bonito Ana. Transportarse a través de los sueños y poder sentirlo. Me gustó mucho. Refleja muchas emociones. Un abrazo y feliz Navidad.
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Muchas gracias! Saludos!
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La fuerza de voluntad combinada con el poder de un amor profundo para conseguir materializar, de alguna forma, eso que tanto se anhela. ¡Menuda fórmula mágica! Y esa sensibilidad y delicadeza mostrada en el relato… simplemente sublime.
Muchas gracias por compartirlo.
Un saludo.
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Me agrada que te haya gustado. Un abrazo y gracias por comentar.
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Lindísimo, Ana! Muy muy tierno y bello. Un abrazo fuerte. 🌊🌿🌻✒️
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Gracias por leerlo y comentar. Otro abrazo para tí!
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Hola, Ana. Vaya telepatía tan empática tan bien descrita nos presentas en tu relato. No estaría nada mal que pudiéramos desarrollar este tipo de habilidad para superar la nostalgia. Saludos 🖐️
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Hola JM, gracias por pasar y comentar. Saludos.
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