Desde que Germán supo la noticia experimentó cinco noches seguidas de duermevela. Sus hermanos estaban contentísimos pero él sufría. De día se hacía el fuerte y en la maleta metía con resolución su pequeño calzón de baño color azul, visor acuático y aletas. «Mamá, papá, ahora sí me voy a meter al mar, lo prometo». Mas durante la noche soñaba que el océano lo tragaba de una enorme y oscura bocanada, y su inevitable caída hacia el fondo marino era observada por terroríficas criaturas. Se levantaba empapado, y con el corazón martillándole en el pecho extirpaba de la valija su equipo playero.
Llegó la fecha de la partida y sentado junto a la ventanilla —lugar disputado, pero que se le asignaba siempre a él pues era propenso a los vómitos—, miraba la algarabía de todos y se sentía en otro planeta. Su padre acostumbraba parar donde se avistaba el mar por primera vez y se tomaban la primera foto del viaje, entonces una mueca extraña se instalaba en su rostro al oír el bramido del monstruo, tan cercano ya… tan ineludible.
Al otro día muy temprano todos estarían chapoteando en la orilla de la playa mientras él, vestido con jeans, zapatos, camiseta de manga larga y embadurnada la cara de bloqueador solar, pasearía nervioso, con la boca seca, alrededor de la sombrilla familiar. Miraría a sus padres con resentimiento cuando éstos le preguntaran entre risas si ahora sí se metería al agua y el respondería tartamudeando: «Qu…qui…zás m…ma…ma…ña…na»
250 palabras
*La talasofobia es el terror incontrolable al océano, que nace de forma irracional y provoca ataques de pánico al acercarse al mar. No importa lo seguro que sea el entorno marítimo al que se aproxima, ya que una persona con talasofobia lo teme incluso en su imaginación. Es un miedo intenso y exagerado, que se puede disparar por muchísimas causas asociadas a las masas de agua grandes.
Brillante relato y mejor detalle de su significado! Podrías escribir un microrelato de como tratar ese miedo voraz, en quien lo padece. Un cálido saludo,
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tu visita y comentario, saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Ana, que buen tema el de los miedos y que bien lo has resuelto.
El día menos pensado nos sorprende German, en la bañera y sin manguitos.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Curioso el mundo de los miedos, la mayor parte sin sentido, salvo para el protagonista. «No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor» dijo Alejandro Dumas. Un abrazo Ana.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Buenas noches Ana. Me ha gustado como narras las sensaciones de Germán, derivadas de la fobia . Me ha hecho ¿sumergirme?, no se si es buena palabra, jeje. Ahora en serio, describes muy bien lo que le ocurre y eso hace que sientas al personaje. Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Pedro, gracias por visitarme!
Me gustaMe gusta
Hola Ana, muy buen relato, imaginaba el temor de ese niño, enfrentado además a ser objeto de burla, porque sin duda, nadie puede entender como se siente al tener que enfrentarse a un miedo que no comprenden, Buen relato, y como siempre bien contado. Un abrazote grande¡¡¡
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Mik!
Me gustaMe gusta
El Oceano, los mares y algunos lagos son para respetar. Bien hace aquel que no sabe nadar en temerle. Ahora bien si ya es una imagen que lo persigue a uno en la imaginacion como un pensamiento angustiante, tal cual le pasa a tu personaje pues estamos ante una fobia de marca mayor.
Muy ingenioso relato que nos pone a reflexionar.
Me gustaMe gusta
Pobechito el Germàn…Te quiero amiga. Gracias.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Uno se ahoga en tus palabras y lo que ve bajo las aguas le saluda con una sonrisa macabra. Y eso me encanta.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Hola, Ana!, desde luego, has descrito la fobia con precisión. A Germán solo le faltaba vivir en una isla rodeado de agua por todas partes, o le daba un síncope o se curaba porque no le quedaría otra.
Buen micro, compañera.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Isabel, gracias por pasar!
Me gustaMe gusta
Hola, Ana. Pues yo la tenía a bañarme de noche aunque el mar estuviera en calma total y la culpa fue de la película Tiburón. Así que lo hice una vez y ninguna más, por eso es una fobia del pasado; ahora siempre me baño de día y preferiblemente en días soleados 😂🖐
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sin duda para superar cualquier fobia lo mejor es enfrentarla, a Germán le hubiera venido bien toparse con tu «desfobiador» Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ya te digo, va al agua con ropa y todo. Y, o se ahoga, o se le quita el miedo. Y mira que con jeans cuesta nadar con lo que pesan mojados 😂👍
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, Ana. También a mí me ha gustado mucho tu micro. Has reflejado muy bien la angustia del protagonista y nos haces enseguida empatizar con él. Muy buena historia,. Felicidades.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Marta!!
Me gustaMe gusta
Hola Tigrilla, qué fobia tan terrible, nunca me había parado a pensar que alguien tuviera ese miedo descontrolado al mar, con lo maravilloso y relajante que nos parece a la mayoría. Menudas vacaciones más frustrantes y tortuosas.
Has sabido expresarlo de maravilla, me lo has hecho sentir perfectamente. Muy buena historia y muy buena ejecución.
Un beso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tu visita. Coincido que es una fobia que no se le desea a nadie, a mí me fascina el mar también.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, Ana. Me gustó mucho el relato. Si lo pensamos bien, el mar da un poco de miedo, con esa extensión y bravura a veces. A mí no me gustaría cruzar el océano en un barco, por ejemplo. Sin embargo, puedo chapotear en las olas. Dicen que hay que tenerle respeto, no miedo, pero…
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Mireugen! Si, el mar a veces da miedo, pero es hermoso. Creo esta fobia es muy desafortunada al impedir a alguien de gozar algo tan lindo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Interesante la fobia que has elegido, Ana. Muy buen microrrelato…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola. He descubierto que sufro de principios de talasofobia ja ja. Toda mi vida le he tenido un respeto que raya en el miedo al mar… de verdad que entiendo esta fobia ja ja.. Buen relato. saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Octavio! Gracias por pasar y comentar!
Me gustaMe gusta
¡Hola, Ana! Me ha encantado. Un micro que refleja de manera perfecta qué supone una fobia para quien la sufre. Es consciente de su problema, hace propósito de superarla, se carga de fuerza…., pero cuando debe afrontarla y meter el pie en el agua se echa para atrás. Se consuela con ese «mañana lo haré» que nunca llega y, además, debe lidiar con la condescendencia de los que no comprenden lo que supone.
El miedo al océano es sin duda atávico, es el medio extraño para nuestra especie, el medio en el que estamos desprotegidos e indefensos, en casa ajena. En mi caso, una imagen que me produce mucho yuyu es imaginarme buceando y compartiendo lugar con ballenas, calamares, tiburones… puff.. Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es David, además es una fobia muy desafortunada al impedirte gozar de algo tan bello. Destacas un punto importante: la incomprensión/burla de quien no entiende por lo que pasa el que la sufre. Abrazos y gracias por comentar!
Me gustaMe gusta
Sin llegar a la fobia si que es verdad que tengo cierto respeto a los mares y océanos desatados. Prefiero bañarme en piscina.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Fran, un gusto que me visites…
Me gustaMe gusta
Hola, Ana. Madre mía, qué bien creado ese miedo. Lo has plasmado tan profundo que me has hecho qué pensar. No soy muy de playa, pero por lo empalagoso de la arena, aunque ahora me está dando también miedo eso de meterme en el agua.
Muy bueno
Un abrazo;
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Pepe, gracias por tu visita…
Me gustaMe gusta
Hola Ana. Un relato muy bien conseguido. Se suele decir que para vencer a las fobias hay que enfrentarse a ellas, pero ya podía la familia pasar las vacaciones en la montaña, digo yo. Je, je, je.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es! Familia medio insensible verdad? Gracias por pasar!
Me gustaMe gusta
Hola, las profundidades harinas tienen el mismo efecto que la oscuridad, que no sabes qué hay ahi esperándote. Muy bien reflejada la angustia. Me ha gustado la solución para salir al paso “ma ña na”. También me ha gustado el comentario que hacer por ahí del desfobiador, que por lo general se llama psicólogo, jajaja. , aunque quizás lo más efectivo es enfrentarse uno mismo a ellos. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es Isan! Gracias por pasar!
Me gustaMe gusta
Hola!
La verdad me gusta tu micro, porque nos muestra esos sentimientos y emociones en cada palabra bien definida de los temores del nene. Comprendo muy bien los miedos del pobrecillo, que yo pase esa fobia por varios años debido a una mala experiencia, por poco me ahogo a la edad de 9 años. Muy bien planteado.
Saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola yeskan! Gracias por pasar y comentar. El mar es algo maravilloso pero hay que tenerle respeto. Saludos!!
Me gustaMe gusta
Pobre niño, lo que se pierde. Igual un empujoncito hacia el mar no le vendría mal a ver si se le pasa, en el futuro lo agradecería. Lo cierto es que esos miedos infantiles son crueles y se sufren con especial crudeza en la niñez. Buen micro y fobia escogida. Un saludo, Ana.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tus comentarios Jorge!
Me gustaMe gusta
Hola Ana, me ha gustado mucho tu micro, porque ademas de la fobia, contiene la causa de ella también.
No conocía esa fobia, aunque si te cuento que mi segundo hijo, un hombre ya, de muy pequeñito no había forma de mantenerlo en el mar, se iba en ataques de llanto incontrolado, casi en convulsiones, pero según crecía se le pasó, de a poco lo fuimos introduciendo y que liberara su miedo, y aunque prefiere las piscina a las playas, al menos no tiene reparos en bañarse en ellas.
El micro tiene ese dejo lastimero por Germán, sobre todo porque aunque hace el esfuerzo mental, no recibe el incentivo ni la ayuda adecuada de su familia, y a decir verdad, mira que soy enferma con el río, la playa y el agua en general, si tuviera esos sueños de seguro me lo pensaría dos veces antes de mojarme los pies, ja, ja.
Buena entrega, felices días.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Idalia, efectivamente los papás juegan un rol importante en la miseria de Germán. Saludos!!
Me gustaMe gusta
¡Hola, Ana! Es difícil no empatizar con Germán, el protagonista de tu relato. Muestras con una crudeza sin igual lo difícil que puede llegar a ser convivir con una fobia así. ¡Felicidades, me ha gustado! ¡Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Javier! Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues gracias a ti ya sé cómo se llama una fobia que creo padezco tenuemente. A mí el mar me da algo de miedo, no llego a tener el pánico de Germán, pero me falta poco. Me baño sin problemas e incluso me adentro en el agua, pero cuando estoy lejos de la orilla a veces me viene cierta angustia, mi madre siempre me dijo que eran recuerdos de un familiar que murió ahogado, algo que no entiendo porque si se murió de qué voy yo a heredar ese trauma, ja, ja, ja.
Has descrito muy bien el agobio del pobre de Germán.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Kirke, ésta es una fobia desafortunada pues no deja disfrutar plenamente de algo tan rico. Interesante lo que platicas…gracias por pasar y comentar
Me gustaMe gusta
Que mal lo tiene que pasar tu protagonista sufriendo esta fobia, mientras todos disfrutan del mar, él no puede ni acercarse a la orilla.
Triste sufrir esta fobia. Lo has contado muy bien
Un abrazo Ana
Me gustaMe gusta
¡Hola, Ana! A mí me encanta el mar. ¡Pobres lo que se pierdos los que tiene esta fobia!
En mi primera incursión en los retos del Tintero de Oro, no puedo estar más contenta por las muestra de acogida que he recibido. Gracias por tu visita.
Saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me da gusto que te sientas a gusto en El Tintero! Los retos están muy buenos. Gracias por tu comentario!
Me gustaMe gusta
Hola Ana, me ha gustado mucho como transmites las sensaciones tan vívidas que experimenta el pobre protagonista del micro. Resuelto a superar su fobia una y otra vez, a pesar de las derrotas.
Buen relato. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Qué buen relato, Ana, me ha encantado. Es tan sensorial que no eres consciente de estar leyendo. Con el resultado previsible, he disfrutado viendo esa escena del final con tanto detalle, incluido el tartamudeo.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encanta que haya sido de tu agrado, saludos!
Me gustaMe gusta
Hola, Ana, estupendo relato. Nos has hecho partícipes de los síntomas de la fobia, que ya empiezan en la imaginación. Por más esfuerzo que hace el chico…, no consigue liberarse de ella, ahí entra el desconocimiento que tiene de esa fobia, también la familia que no saben ayudarle, ni parecen intentarlo.
Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Mila, me da muchísimo gusto que sea de tu agrado el relato, gracias por comentar.
Me gustaMe gusta
Que terrible es padecer miedo irracional, y no poder disfrutar del mar, aunque yo no soy de las que me gusta mucho nadar, ni meterme tampoco en el mar. Me gusta más el río… pero, si me fascina contemplarlo, siempre he admirado el mar, es una belleza infinita, se confunde con el azul del cielo. Vivo cerca del mar. Buen relato Ana.
Me gustaLe gusta a 1 persona
El mar es algo maravilloso, tenerle fobia es privarse de algo bello. A mi me gusta el mar, meterme y todo, y eso que he tenido sustos en él. Gracias por pasar y comentar!
Me gustaMe gusta
¡Hola! Se ve perfectamente la fobia reflejada en el personaje y la inquietud y la angustia que siente hacia el mar. He sentido tristeza por él porque creo que ir a la playa y bañarse en el mar es una de las mejores sensaciones del mundo y él no puede desprenderse de ese terrible bloqueo provocado por su fobia… Me ha gustado especialmente la manera de describir la pesadilla y también he visto muy acertado el referirse al mar como “un monstruo” desde su punto de vista, pues queda totalmente explicado ese pánico. ¡Muy buen relato!
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por pasar y por tu comentario!
Me gustaMe gusta
👏🏽👏🏽
Me gustaMe gusta