Siendo buzo arqueológico había encontrado tesoros antes, mas nada como ella, y guardó el secreto de su hallazgo. La visitaba a menudo y la grácil estatua, que parecía tener vida, le hablaba al corazón. Se sintió enamorado, decidió que aquella inmersión sería su última, el agua su tumba y ella, su compañera por siempre.
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla