Extranjera – Microrrelato.

La luz me hirió apuñalando mis cuencas vacías y luego se hizo presente el desasosiego, que ya no me soltaría.

Como una extranjera llena de añoranza, transité por este plano. Todo me era ajeno, incluso mi propio cuerpo, pesado y achacoso, que contrastaba con el del tiempo de la ligereza… de la desnudez.

No me gustaba la gente. Estaba convencida de que yo no pertenecía a esa muchedumbre de cuerpos cálidos y pláticas banales. Ellos a su vez me miraban con pena y preocupación. No se los tomaba a mal ¿Cómo podrían entenderme? No conocían la infinita paz.

La vida se hacía más soportable de noche. Acompañada por la luna, me ponía a escribir:

«…El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro,
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo
«.*

Una tarde, preparándome un té, lo vi con claridad. Para salir del mal sueño de estar viva debía morir. No lo dudé. Tomé el cuchillo de la encimera y me lo clavé en el corazón. Mientras me derrumbaba y la añorada negrura me envolvía, sonreí, quizás la única ocasión que lo hice a plenitud en este mundo. Ahora me enfilaba a la patria perdida, a mi capullo de tinieblas.

Por fin viviría.

Autor: Ana Laura Piera

Nota: el fragmento en cursiva es de «Pavana para una Infanta Difunta» de la escritora Alejandra Pizarnik. Este relato está inspirado en ella. Pizarnik no se clavó un cuchillo sino que se suicidó con pastillas.

https://bloguers.net/literatura/extranjera-microrrelato/

Anuncio publicitario

23 comentarios en “Extranjera – Microrrelato.

  1. Buenos días, Ana.
    Un relato muy duro, pero tremendamente sensitivo.
    Contado en primera persona, transfiere todo el sentir del que se ve, incluso «como una extranjera… ajeno, incluso en mi propio cuerpo».
    El suicidio como modo de escape o de viaje hacia «la patria perdida».
    Doloroso pero también bello y emotivo.
    Felicidades, un Abrazo.

    Le gusta a 2 personas

  2. Mucha suerte para tu protagonista, allí donde esté ahora. Es curioso como la mente a veces se siente atrapada en un cuerpo que no considera suyo y necesita un espacio propio y único. Singular.
    Un abrazo

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s