Mi participación en el reto de Lidia Castro Navás «Escribir Jugando». Se trata de hacer un relato de cien palabras inspirados en la imagen, que el relato contenga el mineral «malaquita» y opcional que aparezca algo relacionado con la «flor de la abundancia» (Plectranthus nummularius).

Atrás quedó el yacimiento de malaquita. La pequeña Alika mira detenidamente la piedra, cuidadosamente escogida y que será parte del pago para liberar a su hermano de la maldición de Ismat, el hechicero.
Yaro, ahora convertido en un ciervo imponente, camina despacio, seguido por cientos de hadas que, afanosas, buscan la flor de la abundancia, también demandada por Ismat. No le preocupa demasiado si la encuentran o no, él se siente a gusto siendo un ciervo. Busca los ojos miel de Alika pero estos le gritan que ella lo necesita en su forma humana.
Una lágrima cae a la tierra.
100 palabras sin contar título.
Autor: Ana Laura Piera
Para ir al blog de Lidia da clic AQUÍ.
https://bloguers.net/literatura/la-maldicion-microrrelato-de-cien-palabras/
Ay, qué dilema para el chico. Pero la magia del amor es muy fuerte e igual obra el milagro que debe haber.
Un beso
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Muchas gracias!
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Muy tierna historia, que deja la intriga si llegarán o no a lo que se les pedía, un abrazo grande
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Otro para tí!
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Si se encuentra a gusto siendo un ciervo, no le veo solución a la lágrima de Alika. Me ha encantado. Abrazo.
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Gracias Sabius! Saludos!
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Es hermoso, porque es un texto que anticipa todo pero permite que quien lo lea lo interprete y lo complete como quiera:
Un abrazo
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Así es Dr Krapp! Saludos!
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Que bueno Ana, nos dejas libertad para imaginar, aunque Yaro parece feliz con su nueva imagen. Un abrazo.
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Gracias por comentar! Saludos!
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Felicidades, Ana, has integrado todo muy bien y me gusta que a Yaro le de igual ser un ciervo, le da más fuerza a la idea de que esta hechizado y que sea necesario encontrar la flor.
Un abrazo.
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Gracias Àngel! Lo entendiste perfecto!
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Los hermanos siempre se necesitan, aunque no siempre lo notan. Ojalá Alika se dé cuenta que el se siente feliz convertido en ciervo y sea paciente.
Muy lindo te ha resultado el reto, Ana.
Un abrazo!
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Gracias Sari! Saludos!
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Qué bonita historia de amor! Precioso relato, Ana! Un fuerte abrazo!
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Gracias!!
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¡Hola, Ana! Jo, cuánto en tan poco espacio. Una leyenda, pero también el enorme dilema de ese niño ciervo entre lo que es y lo que debe ser. Un abrazo!
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Gracias David! Saludos!
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Me encanta, Ana. Tiene fantasía, misterio, emoción y, además, nos dejas con las gabas de saber si finalmente Yaro volverá a ser humano o si las hadas conseguirán la flor de la abundancia. Creo que da para mucho este micro. Buen trabajo. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo.
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Muchas gracias Lidia. Saludos.
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¡Precioso! Votado.
Un abrazo.
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Si finalmente Alika consigue que Yaro vuelva a su forma humana, tal vez a él le de por hacer un balance entre lo que era su vida en forma de ciervo y lo que pueda alcanzar a partir de ahora. Me gustaría que no se arrepintiera y valorara los esfuerzos de su hermana para conseguir liberarlo.
Es cierto que este relato, rebosante de creatividad y cargado de sentimiento, puede dar mucho de sí para una continuación. Has conseguido atraparme con él, cosa que te agradezco de veras.
Un abrazo.
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Muchísimas gracias por comentarlo, qué bueno que te gustó. Saludos.
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Hola, Ana:
Enhorabuena por tu microrrelato. Si su lectura ha sido amena, su reescritura en mi imaginación está siendo constante. Mientras te escribo pienso en como tachamos de maldición en otros lo que los aleja de la vida que teníamos pensada para ellos.
Un placer el leerte, Ana.
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Muchas gracias Nino, saludos.
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Una historia tierna y de difíciles decisiones, donde se conjugan perfectamente los elementos del reto. ¿Finalmente Yaro seguirá sus deseos y hará su vida como un precioso e imponente ciervo, o sucumbirá a las lágrimas de su hermanita Alika? ¡Me gustó, Ana! Un abrazo.
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¡Muy bueno! ¡Felicidades! 😀 😀
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¡Gracias! saludos…
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Wow, pobrecita. Que entrañable micro Ana. Difícil tarea lidiar contra la magia. Me encantó. Abrazos
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Si mantiene la inteligencia de un humano y la fuerza y sentidos de un ciervo, yo personalmente no me cambiaría de nuevo.
Con lo de poder hablar o no ya tendría algún problema.
Pero lo que ya me costaría mucho es escribir en el ordenador. 🙂
Besitos
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