Un Buen Susto.

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Fue una absoluta sorpresa para el joven Guillermo enterarse de que sus tíos lejanos le habían dejado una casa de campo en Inglaterra. Se entusiasmó, pues aunque siempre andaba a la caza de oportunidades para ganar dinero, la mala suerte parecía perseguirle.

Se trataba de una ruinosa y antigua granja en el poblado de Pluckley, en Kent, conocida como «Woolridge Farm». Aquel pueblo tenía fama de ser uno de los lugares más embrujados del país y atraía turistas buscando emociones fuertes. La granja tenía un tamaño respetable, pues además de la casa principal contaba con espacios que fueron, en días mejores: caballerizas, corrales y almacenes. Pensó que podía servir como un hotel, pero al calcular la cuantiosa suma que tendría que invertir para ello, se entristeció. Lo mejor sería venderla.

Llevaba una bolsa de dormir que puso sobre el viejo sofá de cuero tipo Chesterfield que estaba en el salón y para prender la chimenea juntó muebles viejos y pedazos de madera que encontró aquí y allá.
Encendió la chimenea justo a tiempo. Llovía y hacía mucho frío. Se acostó en su cama improvisada, no estaba muy cómodo, pero al menos estaba caliente.

En la madrugada le despertó un frío intenso y vio el fuego agonizar. Se puso a buscar algo para alimentarlo. Fue ahí cuando lo vio: era un hombre viejo, barbado; lucía demasiado delgado y triste. Sus vestimentas eran de otra época. Estaba sentado en una de las sillas que Guillermo pensaba tirar al fuego. El cuerpo se veía como hecho de niebla. Quiso tomar la silla de cualquier forma, pero un frío gélido lo envolvió y comenzó a tiritar. Se dirigió a otra, pero cuando estaba a punto de asirla, la figura apareció sentada en ella. Dondequiera que aquel ente se movía el frío se sentía polar.

—Estos son mis muebles. Estás destruyendo mi casa —dijo el viejo, su voz denotaba enojo y tristeza. A Guillermo le costaba ya hablar pues temblaba incontrolablemente—. Soy Walter King, un antepasado tuyo, y te pido que abandones este lugar. —Guillermo estaba tan helado que creyó que se enfermaría.

—Ma…ña…na, lo ju…ro… —dijo el joven castañetéandole los dientes.

—Si prometes que mañana no estarás aquí te permitiré usar un mueble más.

Guillermo asintió y en ese momento Walter se desvaneció como humo de cigarro. El joven tiró un banco a la chimenea, las llamas lo envolvieron y el frío mengüó. Se metió nuevamente en su bolsa de dormir, pero ya no pudo pegar un ojo. Así lo encontró el amanecer, preguntándose si la experiencia había sido real o fruto de su imaginación.

Al otro día averiguo en el ayuntamiento todo sobre la propiedad. Aparecía el nombre de Walter en los registros, se enteró de que no había deudas pues existía una especie de fideicomiso encargado de cubrir todos los gastos de impuestos. El dinero fue legado por… ¡Walter King! A finales del siglo XVIII. Sin embargo, los recursos ya estaban a punto de agotarse.

Aunque seguía escéptico, para evitar problemas, pidió que le enviaran varias cargas de leña para la chimenea y esa noche alimentó el fuego con la madera comprada. De repente la estancia se sintió anormalmente fría y el espectro se dejó ver. Vestía la misma ropa anticuada y tenía el mismo aire triste que la noche anterior. Como flotando, fue y se posó en una de las sillas.

—Así que no te has ido. ¡Y lo prometiste!
—Si, pero como puedes ver, los muebles no están en peligro —y Guillermo señaló muy orondo las cargas de leña.
—Muy considerado de tu parte —dijo irónico el espectro.
—Tengo una noticia para ti. Hoy descubrí que el dinero que dejaste para mantener este lugar está a punto de acabarse.
—¿Tan pronto? —dijo Walter escandalizado.
—Walter, el costo de la vida ha subido tremendamente. No te imaginas… El problema es que, acabándose el dinero, la granja se tendrá que vender.
—¡No! —gritó Walter desesperado— ¡Este es mi hogar!
—Lo sé, pero no hay modo.
—Escucha —dijo Walter—. Aún tengo algo guardado, te lo daré, pero hay que salvar esta propiedad.

Walter hizo prometerle que no vendería y le advirtió que si lo hacía una maldición caería sobre él. Esa misma noche Guillermo encontró un anillo antiguo de oro con incrustaciones de rubíes. Al frente cuatro pequeños diamantes cubrían un compartimento secreto que revelaba el retrato en miniatura de un joven y distinguido Walter King. Al otro día viajó a Londres donde obtuvo una pequeña fortuna por él. De regreso a Pluckley puso la propiedad en venta. Trató de sacar a Walter de su mente, al fin y al cabo ya solo tendría que pasar una noche más en Woolridge Farm. Lo hacía más por curiosidad que por otra cosa. Luego, regresaría a su país donde invertiría en un negocio de tecnología.

Meses más tarde, un turista llegó a desayunar a la famosa posada The Swan, en Pluckley, y una linda pelirroja le sirvió té y pancakes.

—¿Serías tan amable de decirme qué lugar embrujado visitar?
—¡Sí! Woolridge Farm es una buena opción. A mucha gente le gusta pasar la noche ahí y ver cómo se pelean el fantasma de Walter King y uno de sus descendientes que murió ahí hace poco tiempo. Se dice que no cumplió un juramento, y una maldición le hizo cometer suicidio.
—Suena espeluznante.
—¿Verdad que sí?

893 palabras.

Autor: Ana Laura Piera.

https://bloguers.net/literatura/un-buen-susto-relato-corto/

73 comentarios en “Un Buen Susto.

  1. A quién se le ocurre llevar la contraría al fantasma de un antepasado.
    Muy bueno, Ana, mantienes la tensión del cuento con los distintos giros y lo hace absorbente.
    Un abrazo y buen domingo.

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  2. Un relato de tono clásico muy bien narrado. Me ha gustado mucho, Ana. La ambientación, la tensión del cuento, la sorpresa del final… Felicidades y mucha suerte en el Tintero.

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  3. 👏🏼👏🏼👏🏼👍🏻😝
    ¡Genial! ¡Qué arte! No solo para deslumbrarnos con esta excelente historia tan original de casas encantadas, sino para regalarnos ese giro final que nos deja totalmente sorprendidos, con la boca abierta. 😮😨
    Y todo a partir de la joya del reto. ¡Formidable!
    A propósito, buscando el significado de Woolridge en el Internete, me he dado cuenta que la granja existe y ¡estaba en venta! 😱 Habría sido un placer tomar el té con los fantasmas, pero es un poquito carilla. 😂😂😂
    Felicidades por el relato, un abrazo. 🤗😊

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  4. Excelente, me gustó mucho el giro de la historia. Guillermo jugó con el poder de estar vivo, sin darse cuenta del poder de Walter, al menos consiguieron que otros visiten la granja para verlos pelear. Me encantó. Un abrazo.

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  5. Los relatos de fantasmas victorianos ( Ghost Story) pueblan en volúmenes inagotables mis bibliotecas en mi hogar ¡¡¡¡¡¡¡¡Imagínate cuánto me complació el tuyo, redactado con suma categoría, suspense y entorno adecuado!!!!!!!! Además tanto me gusta esta literatura de época, que yo mismo me dedico a investigar cositas «extrañas»
    ¡Por lo bien que lo has hecho, no temas, el espectro a ti .. . S í …te dejará tranquila!
    ¡¡¡¡¡¡¡ B r a v o !!!!!!!🧛‍♂️

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  6. Una historia clásica de leyendas, fantasmas y maldiciones, pero no por ello menos interesante y dotada de personalidad propia. Guillermo ha sido valiente y temerario a la vez, pero sobre todo desleal con la memoria de su antepasado y lo ha pagado caro, aguantar al viejo cascarrabias de Walter para toda la eternidad no debe ser agradable. Relato con la intriga y suspense necesarios para conseguir una lectura amena y entretenida. Un saludo, Ana!

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  7. ¡A quién se le ocurre trampear a un fantasma! Por supuesto que pasarás la eternidad peleando con él.., y nosotros, modestos turistas, tendremos nuestro entretenimiento inglés. Me pregunto cuánto tendrá que ver la niebla en ese encanto de los ingleses por los fantasmas. Muy bueno, Ana.
    Un abrazo

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  8. Hola, Ana. Me gusta que hayas enfocado el cuento en una casa de campo de Inglaterra, le da un tono clásico de vieja casa encantada que has sabido llevar con agilidad narrativa y con un final revelador resuelto en dos breves líneas.

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  9. Hola Tigrilla, qué bueno, super entretenida la historia de estos dos personajes intentando salvaguardar vida y cabaña, aunque el final no es el esperado para uno de ellos. Las promesas hay que cumplirlas por lo que pueda pasar. Buen mensaje del cuento. Un abrazo.

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  10. Hola, Ana. Mira que era codicioso el prota, ni una maldición pudo con él, aunque más que codicioso un poco inconsciente.
    Me encantan las historias de fantasmas y ajustes de cuentas del más allá. Esta propuesta en concreto es fantástica, Ana, con un ambiente bestial y una narración tan precisa que estremece. Enhorabuena!
    Un abrazo y mucha suerte!

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  11. Y es que las promesas están para cumplirlas; y más con fantasmas de por medio.
    Has escrito una buena historia de espectros, herencias y herederos desconsiderados con la propiedad ajena. Lo que no nos cuesta conseguir lo dilapidamos rápido.
    Un abrazo, Ana

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  12. Hola, Ana!! Me ha encantado tu relato, y cómo lo has terminado. Es que no se puede hacer promesas a un fantasma y luego no cumplirlas. Guillermo estuvo jugando con fuego todo el tiempo y al final se quemó. Mucha suerte y un abrazo!!

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  13. Vaya, así que Guillermo acabó pagando caro no haber cumplido con su palabra. La ambición y la mentira lleva a muchos a acabar mal.
    Un relato que, a modo de cuento, nos deja una enseñanza.
    Un abrazo.

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  14. Hola, Ana. Ya me parecía raro que no le dieras el toque final y aunque es previsible que lo vas a hacer muy improbable adivinar el camino que vas a tomar. Supongo que el dinero del anillo iría al fondo de nuevo y se mantendría sin problemas la mansión. Además, ahora al cobrar por pasar la noche, ya resulta hasta rentable y el albacea local en cierto modo recuperará algo de las ganancias al ser un descendiente bastardo de la misma. Saludos y suerte.

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  15. Hola, Ana. No se puede contrariar a los fantasmas. Si les prometes algo, hay que cumplir, si no te expones a lo que le ocurrió a Guilermo que tenía una pequeña fortuna y perdió la vida. Me ha gustado este relato por su ambientación y por la moraleja. Un abrazo.

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  16. Bueno, bueno, una historia de fantasmas al más puro estilo inglés… dicen que por allí cualquier casa, mansión o castillo que se precie ha de tener uno. Y esta tiene dos. Un final anunciado que el heredero menospreció. Un error del que ya no podrá aprender porque no hay marcha atrás en eso de ser fantasma. Un poco historia al estilo de ‘Los otros’. Los cuentos de fantasmas son para otros, se diría el muy borrico.
    SIempre es un placer leer un género como este. ¡Buen trabajo!
    Suerte con el concurso.
    Un beso.

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  17. Hola, Ana. Me ha encantado tu relato. Me resultó sumamente ingenioso y entretenido. Además, los diálogos y la descripción del lugar están muy bien logrados. Lo que más me ha gustado es la personalidad del fantasma de Walter.
    Suerte en el Tintero.
    Un abrazo.

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  18. Hola, Ana. Un relato de fantasmas en el que no podían faltar las maldiciones y los suicidios. Buena historia, te engancha hasta el final con la ambientación y el suspense.

    Buen relato, un abrazo.

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