La Epidemia – Microrrelato.

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—Dicen que les empezó una fiebre atroz y que otro de los síntomas era sentir un sabor a vinagre en la boca.

Mientras escuchaba a la clienta, el carnicero sacó un trozo de carne del refrigerador.

—¿Cómo la va a querer esta vez, Doña Angustias? —Le mostraba como un trofeo aquel pedazo de músculo y grasa, donde blanco y rosado se combinaban. La mujer casi no puso atención y dio su aprobación con un ligero movimiento de cabeza.

—Molida, por favor. Voy a hacerles un pastel de carne a mis nietos. ¡Ah!, pues le iba diciendo, pareciera que fue epidemia, muchos se enfermaron y fallecieron. ¿No vio que pusieron a los muertos en la plaza de toros, a la espera de ver qué se hacía con los cadáveres? Ya el cementerio estaba a reventar. Teníamos mucho miedo, con tanto calor y humedad los cuerpos no iban a aguantar. El alcalde casi se nos muere de un infarto por la preocupación.

—¿Y qué sucedió después? —Preguntó el hombre, al mismo tiempo que recibía entre sus dedos los blandos y rosados hilos que salían por el molinillo.

—Nadie sabe. Los cuerpos desaparecieron.

—Los habrán llevado a otro lugar a enterrar o a quemar…

—Supongo que sí, pero la gente está molesta. Los familiares demandan saber qué sucedió con los finados. A mí lo bueno que no se me murió nadie.

—Aquí tiene, doña Angustias.

—Oiga Rómulo, la carne tiene un color raro. ¿No?

—Apenas nos la trajeron temprano, está muy fresca y buena. No se preocupe…

Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla

https://bloguers.net/literatura/la-epidemia-microrrelato/

28 comentarios en “La Epidemia – Microrrelato.

  1. Pues qué quieres que te diga, Ana. Dónde hay hambre que a mí no me den brócoli. 😅😂😂
    No sé que da más mieo, la insinuación del relato o el carnicero de la foto. Con esa postura de «ven pa’cá, no te vayas» y ¡los ganchos de la izqda!
    Buenísimo, Ana. Felicidades.
    Un abrazo.

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  2. Jajaja, nos has metido el miedo en el cuerpo. Por si acaso, está noche un yogur y una manzana.
    En está historia parece que estamos todos en la carnicería esperando a que nos atiendan. Me gusta como lo has contado.
    Un abrazo.

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  3. Genial Ana. Dejas el final abierto a gusto del lector, dependiendo de lo maquiavélico que sea nuestro pensamiento jajaja. Sinceramente, yo creo que no comería del pastel de carne de doña Angustias, aunque quizás, con una salsa picantilla…. 😉 Un abrazo.

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  4. Pues yo tengo una pequeña hipótesis, si esta pandemia nos hubiese tocado en tiempo de hambruna o una pos_guerra, ten por seguro, que todos los que murieron por el covid, y que según dicen una vez que la persona fallecida por covid, no lo transmiten, di que el carnicero hizo su agosto con la carnicería, muy buen micro. Te diré otra cosa, en tiempos de guerra civil de mi país allá por el año 36, si no tenían para comer o en la pos_guerra, la gente del pueblo, comían, gato, perro, o caballos burros viejos, todo por la súper vivencia, te deseo una feliz tarde besos de flor.

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    1. Hola Flor, no sé de donde seas pero mi abuelo contaba que en la Guerra Civil Española, le tocó comer de todo lo que podían. Tienes toda la razón, la supervivencia va primero. Saludos.

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