Una colaboración más para el blog «Masticadores» (el relato se termina de leer en su sitio). Muchas gracias, me encantaría me dejaran sus comentarios ya sea aquí o en Masticadores.
Habiendo fallecido mi marido y yo con problemas económicos, me presenté en el pueblo de «Los Ranchos», lugar de origen de su familia, para reclamar la receta del famoso ponche de granada que elaboraba su ya anciano tío Héctor. Cuando bajé en la estación de autobús, la humedad y […]
La receta por Ana Laura Piera — MasticadoresMéxico Editor: Edgardo Villarreal
Sublime la forma de mostrar al viejo artesano con su arte.
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Gracias Joiel!
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Que macabro final, lo que da a entender que los dos eran tal para cuál.
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Así es. Gracias por tu lectura y comentario
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Que bueno Ana, me encantó. Un abrazo
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Gracias, un poco macabro. Saludos!
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¡Qué dos bichos! No sé quién dijo que el egoísmo te mantendrá en un mundo en el que sólo te interesarás por lo que puedas obtener, y no por lo que puedas lograr.
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Gracias por pasar y comentar!
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A mi me encantó. Me parece una historia alucinante con aires de influencia de Allan Poe. Te felicito amiga.
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Muchas gracias Oswaldo
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Fascinante historia Ana. Yo soy pariente lejano, seguro me quedaré con la receta y no beberé una sola copa estando allá.
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Jajaja! Muy bien! Gracias por pasar!
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Comentado y disfrutado en Masticadores.
Me encantan estos relatos con finales explosivos.
Felicidades, un abrazo.
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Muchas gracias Jasc. Ya estoy afinando el relato para Vadereto… Saludos!
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¡Qué final!, solo me dejó con los ojos abiertos y sin palabras para comentar, muy bueno, un abrazo
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Gracias Themis! Saludos!
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Vaya par de dos, qué buena historia Ana, en el mejor estilo de un terror clásico o incluso de una de detectives sí lo hubiera habido.
Un abrazo
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Muchas gracias Ángel!
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Me ha gustado el relato desde el principio, cuando has descrito el calor pegajoso y esa mirada del taxista, tan indiscreta. Luego le has dado un buen giro al cuento, cuando la pobre viuda ya pensaba que había ganado la batalla. ¡Caramba con el viejo!
Un placer visitarte.
Saludos
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Muchas gracias!
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Ana, en verdad me ha encantado. Qué tétrico final, eres tremenda.escritora. Para nada me lo esperaba. Y con una buena lección, que cada quien puede interpretar a su manera. ¡Qué buen cuento!
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Mil gracias por pasar y comentar!
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El poder de la ambición no conoce fronteras.
Una nunca sabe qué derroteros vas a tomar en tus relatos.
Saludos
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Muchas gracias por pasar, siempre es un placer tenerte por acá. Saludos.
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