Recuerda: nada es lo que parece…

Plácidamente acomodado entre los tibios pliegues maternos, presiente que mañana será el gran día. Saldrá de la seguridad que hasta ahora le ha cobijado y se desprenderá para iniciar su propio camino. Es apenas un bebé, pero si logra cumplir su propósito se hará adulto en otro lugar, llevando lejos su estirpe. Su madre lo mirará partir con pena. Él sabe que ella ha hecho todo lo posible para protegerlo desde el momento en que lo gestó, mas debe soltarlo y dejarlo crecer, es la ley de la vida. No la defraudará.
El día amanece prometedor, el pequeño se prepara para decir adiós, pero algo raro sucede, Una conmoción extraña lo toma por sorpresa, todo se mueve a su alrededor y sensaciones desagradables los invaden a él y a su madre. Aún no ha logrado independizarse de ella, pero ya no será posible. Ambos sienten que les falta oxígeno, no pueden respirar, en medio del ahogo son sacados con violencia de su lugar seguro y tibio. Se estremecen al ser expuestos a un frío de muerte.
—Buen trabajo Dr. Otegui. Lo extirpó por completo —dice el Dr. Martínez, el residente que ha asistido en la cirugía.
Una enfermera limpia por última vez la frente perlada de sudor del Dr. Otegui. Fue una cirugía larga, casi nueve horas, pero valió la pena. Los tres miran la enorme masa informe y sanguinolenta que ahora agoniza en una helada bandeja quirúrgica. Ambos, madre e hijo morirán ahí.
—Fue una suerte que el tumor no haya tenido oportunidad de hacer metástasis, la prognosis es buena —agregó Otegui muy satisfecho.
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla
https://bloguers.net/literatura/el-camino-microcuento-donde-nada-es-lo-que-parece/
Vaya giro al final, saludos!
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Muchas gracias por leerlo y comentar, saludos!
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Escalofriante!! Un cálido saludo.
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Felicidades Ana! Qué bien, cómo pasas del dulce relato al final sobrecogedor. Estupendo giro final. Me ha gustado mucho! Saludos!
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Muchas gracias por leer y comentar. Saludos…
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Me gustó, pensé que se trataba de un aborto, luego de un hijo que se va de cada a estudiar a otro lado.
Sé que no tiene nada que ver, pero el final me recordó a la película terror del tumor que se asumía como ente y cmdespues de extirparlo volvía para cobrar venganza, jaja
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Hola, sí está medio engañoso. Esa peli que mencionas no la he visto pero es curioso como desde el punto de vista del tumor (hipotéticamente si éste pudiera pensar) nosotros seríamos los homicidas, los malos, los que quieren acabar con su vida. En fin. Me divertí mucho escribiéndolo. ¡Saludos!
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sorprendente final. Buen día.
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¡Qué bueno! ¡Qué arte, Ana!
Mencantan estos relatos con final explosivo.
Todos pensando que se cargan al pobre bebé y es un puñetero tumor.
¡Grandigenialoso! 👏🏼👏🏼👏🏼
Felicidades.
¡Saludo y quitada de sombrero 😉!
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No me esperaba ese final, tremendo. Felicidades. Un abrazo
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Que buena historia, me gusta desde el lado que lo cuentas, casi da pena que acaben con el «bicho».
Un abrazo.
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Hola Ángel, sí, y es que si fueran pensantes, nosotros seríamos los «malos». Saludos.
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¡Qué final!, inesperado ese cambio que se da al final que como siempre me deja con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta. Un abrazo
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Muchas gracias Themis!
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Una hermosísima historia de amor con un muy triste final.
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😂😂
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¡Qué extraordinario cuento, Ana! Con creces nutres de nuevas posibilidades al microrrelato y particularmente este enfoque me fascina muchísimo. Saludos
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Muchas gracias Alejandro
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Sorprendente relato e ingenioso, Ana. Solo queda aplaudirte.
Un abrazo
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Muchas gracias por leerlo y comentar. Abrazo de vuelta…
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¡¡Un cuento genial con ese final totalmente inesperado!! Me gusta desde el sitio que lo cuentas, al final da tristeza que acaben con el horrible tumor.
Un abrazo.
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Jajaja, sí. Pero qué bueno que lo sacaron. Gracias por pasar y comentar.
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Definitivamente no esperaba ese final! No sé por qué pensaba que eran pinguinos… si, si, estoy muy mal jaja… Genial cuento, como siempre! Un abrazo!
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Muy bueno, Ana.
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