
Adivinando que los malditos cíborgs acabarían por eliminar a todos, fingió ser uno. Imitar convincentemente su comportamiento no fue fácil, pero peor había sido esconder su propia humanidad. Solo tenía unos pocos, preciosos minutos de soledad cuando simulaba recargar baterías; mismos que aprovechaba en leer un libro que tenía escondido y que consideraba su tesoro; leyéndolo recordaba que no estaba hecho de metal y circuitos electrónicos, sino de piel, huesos y espíritu.
Un día el aullido de sirenas y el parpadeo frenético de luces le indicaron que había sido descubierto. La puerta del módulo de recarga fue sellada y ya no se volvería a abrir jamás. Se despojó lentamente de su piel de robot hasta quedar desnudo y luego, haciéndose un ovillo en el piso helado, se dispuso a leer hasta el final.
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla
https://bloguers.net/literatura/ciborg-ii-microcuento/
La tecnología ciborg, dicen algunos, es lo que viene. Mientras, a vivir nuestro humanismo leyéndote Ana. Después, quizás le demos la bienvenida al transhumanismo
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De hecho creo ya hay algunas personas con características ciborg, sin duda es lo que viene. Saludos Jaime!
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Tienes razón Ana. Aquellas que, de alguna forma están inválidas, mueven su cuerpo con exoesqueletos manipulados por sus pensamientos.
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Que bien se te da adelantarte en el tiempo y mirar al futuro.
Espero que te valga para acertar en la lotería. Jajaja; perdona está pequeña broma.
Gran micro, con que poco texto nos transmites la sensación de desamparo del protagonista.
Un beso.
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Hola Àngel, házmela buena con eso de la lotería 😂 Gracias por pasar😘
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Me fascinó más el relato que añadiste sobre Juan Pablo y que leí en tu blog. Es asombroso cómo manejas las vueltas de tuerca, tanto hacia la conmoción como hacia el horror, Ana, y cómo los embonas en un género que, por plumas como la tuya, no se agota. Abrazote…
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Muchas gracias Alejandro, por leer ambos. Sí, el de Juan Pablo tiene lo suyo, la insatisfacción humana da para mucho…Un abrazo!
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Que bien transmitidas las sensaciones del protagonista, Ana. Y lo dotaste de mucha personalidad, y de una «paz» que pudo hacerse con ella en el final. Y el libro, una maravilla que aún la tecnología no ha conseguido sepultar del todo, imagino al protagonista, perecer dentro de una bella historia.
Has dicho mucho en poco, es algo que admiro.
Saludos, y buen finde;)
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Muchas gracias por pasar Mila!
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Algunos ya viven ahora como robots en su carcasa de humanos. De hecho, ya de pequeños, nos programa el Estado para sus propios intereses. Quizá somos más robots de lo que estamos dispuestos a admitir.
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Hola Ana, me ha encantado el cuento. Menos mal que siempre nos quedará un libro, esperemos….Un saludo.
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Gracias Pedro! Abrazos…
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Creo que sus últimos instantes fueron los más humanos de toda su vida, también los más intensos. Mi enhorabuena.
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Gracias Joiel!
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Siempre una sorpresa leerte, Ana. Me encantó, diste un lado B a la obra de K. Dick. ✒️🌟👌🏼 Saludos.
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Bueno… K. Dick son palabras mayores, pero te agradezco el comentario y qué bien que te gustó. Saludos!
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Espero que de ese error, nos salve esta capacidad innata para improvisar, cuando tomamos decisiones importantes. Un saludo.
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Gracias por tu comentario, un abrazo…
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Genial como el anterior, recuerdo que ese fue el primer cuento que me mandaste para MMex y me encató. Gracias.
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Tengo ya algunas piezas de metal en mi cuerpo…Y bueno, te sigo leyendo. Gracias y felicitaciones.
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Un abrazote para tí! Gracias por pasar! Eres de los cyborgs buenos.😘😘😘
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