Nada en ellos parecía fuera de lo común. Ni su forma de actuar, vestir o moverse hubiera podido indicar que en el fondo de la vieja lancha, se encontraba un cuerpo humano; tibio aún por habérsele escapado la vida hacía poco tiempo. El cielo enrojecido anunciaba la agonía del sol. Albert aprovecharía la noche para deshacerse del cadáver en medio del inmenso lago.
Todos en el pequeño pueblo de San Andreu sabían que eran hermanos y que de cuando en cuando Albert visitaba a Caterina, quien vivía con su esposo Bernat; un hombre mayor que ella por veinte años.
Caterina se inclinó un poco para echar un último vistazo al cuerpo de su marido, parcialmente tapado con una lona. Se sintió extraña sabiendo que él no estaría más con ella. Observó a Albert y por un instante no era el hombre de treinta y dos años, sino el niño de once, asustado por haber hecho muy malo. Desde el pequeño embarcadero, ella le aventó mil promesas en una mirada para tranquilizarlo.
Albert se alejó remando despacio, mientras recreaba en su mente lo sucedido: Su hermana, a quien nunca le había podido negar nada, pidiéndole por fin matar a Bernat. El cuerpo de su cuñado contorsionándose, pataleando, luchando. Albert tapándole boca y nariz con una de sus manos de gigante y con el otro brazo apretándolo con fuerza para que no eludiera su destino. Por fin sobrevino la laxitud del cuerpo y pensó que era como si su cuñado estuviera plácidamente dormido y no muerto.
Mientras remaba un pensamiento logró alejar los malos recuerdos. La semana siguiente podría regresar a San Andreu a meterse en la cama tibia de su hermana como lo habían hecho desde siempre. No tendrán que esconderse o emborrachar a Bernat hasta dejarlo inconsciente. Ahora podrán vivir su amor prohibido sin prisas, mientras el hombre flota como un fantasma submarino, desgarrado el cuerpo y olvidado para siempre en la oscuridad.
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla
Imposible no imaginar las circunstancias del cuento. Escalofriante pero muy propio de la naturaleza humana, en sus excepciones. En pocas líneas, una historia muy buena. Gracias por compartir.
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Gracias a ti por visitarme, saludos!
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Wow y pensar que estas cosas pasan.. está bueno verlo desde su punto de vista. Muy bueno, como siempre
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Vaya dos, historia retorcida de amor incestuoso. Me gusta como has descrito todo, incluso me dejas pensando si la hermana no manipula al hermano.
Un saludo.
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Gracias Angel!
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Una historia escalofriante sobre una relación incestuosa y con un final dramático. Quizás Albert tenga en alta estima a su hermana, o tal vez se deje dominar por ella. Porque convencer a alguien para matar a una persona, tiene muchas y complejas aristas. Muy bien escrito. Un abrazo Ana.
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Muchas gracias Sabius. Saludos!
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Me gustó la historia, muy bien narrada por cierto.
Abrazo!
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¡Vivir en una pasión terrible e irrefrenable! Es una historia impresionante. Un saludo.
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Gracias por pasar!
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Me escandaliza que escribas estas cosas!!! ¿En qué cabeza cabe? Jejejej… Es broma, pero tenés la mente enferma, mirátelo!!! … jejeje. Siempre un placer pasarse por aquí.
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Jajaja, si un poquito enferma media psicópata también jajaja. ¡Saludos!
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¡Hola, Ana! Jo, el relato no es que sea bueno, que lo es, es que casi te diría que muestra un argumento muy potente para una novela noir fantástica. Lo tiene todo, personajes, situaciones, ¡no te escondas demasiado este relato por si un día te decides a ello! Los hermanos tramando el asesinato, escondiendo su amor… Jo, casi estoy viendo la portada. Un abrazo!
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Muchas gracias David, aprecio mucho tu comentario y gracias por pasar.
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Hola Ana, que historia tana buena, va in crescendo desde el primer instante, remueve cientos de ideas, y tramas entre los personajes, muy buena ¡¡¡¡ y por cierto ambientada en Cataluña ? y com fue eso ? cuando vaya por Sant Andreu, miraré a todas las parejas, por si atisbo en sus miradas la culpa o el remordimiento, por su crimen, o el destello de ese amor prohibido Muy buena¡¡¡
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