Todos tenemos un secreto oscuro y una añoranza. ¿Te arriesgarías a perderlo todo por acercarte?

Hacía años que no iba por esos rumbos, que no se paraba frente a aquella puerta, tan temida, tan añorada. Pasó lentamente sus dedos por la fría herrería que protegía los secretos de aquella propiedad y por la gruesa cadena que impedía el paso.
Un letrero descolorido en una esquina anunciaba que la casa estaba en venta. Era un anuncio viejo pues la casa tenía mala fama y nadie la quería. Se decía que el hijo de los dueños, estando muy drogado, los había matado con saña para escapar luego con rumbo desconocido.
De repente unos gritos cortaron el aire y se dio cuenta de que este momento de debilidad podía salirle caro. Los gritos no cesaban; cada vez más cerca, cada vez más fuerte:
“¡Atrápenlo! ¡Ahí está el asesino!”
Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla